martes, 9 de agosto de 2016

"Acumular tesoros en el cielo"

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mateo 6:19-21

Muchas personas viven preocupados por mejorar su calidad de vida, para sobresalir, pertenecer a un determinado grupo social que pueden traer placeres pasajeros.
A veces nos afanamos tanto por acumular riquezas económicas que sólo nos darán satisfacción por un instante tan breve, porque son cosas que no cambian; que sólo llenan ese vacío por poco tiempo que esa sensación de alegría momentánea, nos incita a buscar y acumular más bienes materiales o llenarnos de ambición para volver a sentir esa chispa de alegría.

Pero lo único que debe importarnos y nuestro único propósito que Dios nos preste vida debe ser agradar a nuestro Creador, buscar su voluntad, pedirle que nos permita conocer su gracia y ser testimonio vivo de fe, esperanza y amor de nuestro Señor Jesucristo.
El único por quien podremos tener esa paz indescriptible que nos ofrece nuestro Padre Celestial:
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi.
Juan 14:6

Por todo esto debemos buscar hacer tesoros en el cielo, donde no serán hurtados ni se descompondrán, los cuales son los realmente valiosos, porque donde se encuentre lo más importante de nuestra vida está nuestro corazón. Que es lo más importante para Dios, lo que verdaderamente prevalece.
No nos llenemos de ambición buscando acumular y llenarnos de innumerables ganancias que sin importar la cantidad o el trabajo que nos haya costado obtenerlas, las cuales muchas veces son conseguidas mediante robo, injusticia o haciendo daño.
Ni aún siendo dueños de todo el oro del mundo podremos llevarnos algo al morir.

Es mejor buscar de todo corazón acumular tesoros en el cielo, luchar por llevar una vida que agrade a Dios y ser testimonio vivo de su amor y misericordia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario