miércoles, 3 de agosto de 2016

ENTENDIENDO LA GRACIA DE DIOS

Muchas veces hemos oído hablar de la gracia, de hecho uno de mis versículos favoritos y que quizás muchos hemos escuchado alguna vez es:

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras, para que nadie se gloríe.  (Efesios 2:8 y 9)

Este versículo le da un peso importante a la palabra GRACIA, pero si analizamos toda la Escritura podemos observar que esta palabra tiene un peso importante no solo en estos versículos sino en toda la Escritura.

Por Gracia:
- Dios no destruyo a todos los hombres, permitiendo que Noe y su familia entraran al arca
- Dios sacó al pueblo de Israel de la tierra de Egipto
- Dios establecion la Ley para su pueblo
- Dios envió a su Hijo a morir por los pecados de todos
- Dios permite que ahora seamos salvos.

Pero que es la gracia, muchas veces podemos haber oído que la gracia es un regalo, o es un favor no merecido, pero probablemente no lo entendemos del todo el significado de la gracia.

Si revisamos la Biblia y nos vamos al libro de Juan nos encontramos un relato con el cual podemos entender y dejar de una forma mas clara que es la gracia, en que consiste y porque es tan importante.
Yéndonos al capitulo 8 de Juan encontramos este pasaje:

Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?  (san Juan 8:3 - 5)

Esta parte de la Escritura nos narra como un grupo de religiosos llevan ante Jesús a una mujer que fue sorprendida en adulterio, y ellos le preguntan que hacer con esta mujer, basándose en lo que la ley dice, según ellos deberían apedrearla. Y la realidad es que la Biblia es clara y en el antiguo testamento dice:

10 Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. (Levitico 2:10)

Es decir, lo que decían los hombre era cierto, la mujer debía ser apedreada por el pecado que había cometido, pero, no solo la mujer, también el hombre, con quien cometió adulterio, pues el versículo claramente lo dice: serán muertos. Pero lo que llama la atención no solo es que este grupo de religiosos querían hacer cumplir la ley a medias, sino que la forma en que querían hacerlo:

Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. (San Juan 8:6)

Los escribas y fariseos llevan a la mujer ante Jesús no realmente porque les interesaba que la mujer fuera juzgada, sino para poder acusar a Jesús, ya sea de una persona dura que condena a una mujer, o una persona suave que permite el pecado y perdona a una mujer pecadora.

Pero la respuesta de Cristo es totalmente inesperada para este grupo de personas, Jesús les responde:

Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.  (San Juan 8:7)

Jesús no pasa por alto el pecado de la mujer, Jesús conoce la ley, pero también conoce el corazón de aquellos que acusan a la mujer, es decir, sabia cuales eran sus intenciones es por eso que les deja en sus manos el juicio, pidiéndoles que aquel que no tenga pecado en su vida se al primero en arrojar la piedra contra la mujer que acusan de ser pecadora. Lo que hizo Cristo fue confrontarles a ellos mismos, sabiendo que en su corazón había pecado, y les pidió que se analizaran y si es que podían decir que no había pecado en ellos entonces que fueran los primeros en arrojar la piedra.

Pero, que sucedió: Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. (San Juan 8:9), cada uno de los acusadores se dio cuenta que no podía hacer juicio contra esta mujer, pues su condición era similar a la de ella, y poco a poco se fueron retirando del lugar, quedando solamente Cristo y la mujer.

Probablemente Jesús sabia que cada uno se iría sin poder juzgar a esta mujer, y al ver que esto ocurrió le preguntó: ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? (San Juan 8:10), haciendo evidente una sola cosa, que en el lugar solo quedaba Cristo y la mujer.

A esto la mujer constesta y Jesús termina diciendo:
11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. (San Juan 8:11)

Esta última frase es la que nos enseña el significado de la gracia, cuando Jesús les dice que el que no tenga pecado sea el primero en arrojar la piedra contra la mujer, sabía que nadie estaba libre de pecado, excepto ÉL mismo, cuando cada uno fue dejando el lugar y solo quedaba ÉL con la mujer, sabemos que Él como Hijo de Dios, Santo que nunca había cometido pecado, era el único que podía haber arrojado la piedra contra la mujer, haciendo cumplir la ley de esta forma. La mujer sabia que había cometido un pecado, al ser descubierta lo mas probable es que pensara que vendría el castigo,y probablemente se vió sorprendida de que nadie le arrojara ni una piedra, pero no sabia que pasaría con ella. Entonces es donde aparece la gracia de Dios a través de Jesucristo, diciéndole "Ni yo te condeno, vete, y no peques más".

Esta frase nos deja ver varias cosas:
- al decirle no peques más, entendemos que la mujer si había pecado y merecía el castigo.
- al permanecer en el lugar, Jesús deja claro que el era el único con la autoridad para condenar a la mujer.
- al decirle ni yo te condeno, Jesús le estaba dando a conocer la gracia de Dios, la mujer no hizo nada para que la perdonaran, pero aun así Cristo le perdono, sin ninguna razón solo la perdonó.
- Al decirle no peques mas, esta creando un compromiso con la mujer diciéndoles yo te estoy dando el perdón, ahora tu cambia tu forma de vivir, te estoy dando una segunda oportunidad.

Pero podríamos pensar, entonces no fue justo Cristo pues la mujer al ser pecadora, merecia ser apedreada, el detalle esta en que Cristo ocuparía el lugar la mujer, sabía que este pecado de adulterio que había cometido la mujer, lo llevaría el en su propio cuerpo al morir en la cruz, es decir el pecado sería castigado, y no solo ese pecado, sino todos los pecados de la humanidad, incluidos los tuyos y los mios.

Esta es la gracia, probablemente no la comprendemos porque nos falta humildad para entender nuestra condición, la mujer entendió su condición, es hasta que nos damos cuenta de la condición espiritual que tenemos, cuando entenderemos lo que es la gracia de Dios y nos veremos reflejados en esta mujer que al estar a un paso de la muerte, recibió el perdón y recibió una oportunidad mas para ya no pecar y mantenerse en comunión con Dios. Y en ese momento no solo entenderemos lo que es la gracia, sino que también viviremos agradecidos con Dios por lo que hizó por nosotros, y como la mujer buscaremos no pecar mas.



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