9. Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
10. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
11. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?
12. Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
Eclesiastés 4:9-12
A veces el ser humano se aferra a la idea de que puede sólo y no necesita de nadie, eso es soberbia.
Hay un dicho que dice ”dos cabezas piensan mejor que una"; asimismo es con el trabajo, la compañia, la unión, etc.
Todos en algún momento hemos necesitado ayuda: moral, física, financiera y/o intelectual.
En esos momentos en que nos sentimos frágiles, vulnerables o reconocemos con humildad que de verdad necesitamos ayuda, apoyo, compañia o simplemente un abrazo que pierde tal simpleza al fortalecer grandemente nuestro espíritu.
Está comunión con nuestro prójimo nos ayuda a ser más fuertes, a ser bendecidos con su presencia y también ser de bendición para alguien más.
Porque además de que nuestro trabajo, estando en unión es más retribuido, también nuestra fuerza moral y física es fortalecida mediante la compañia de los demás.
Y está unión nos ayudará también a enfrentar cualquier adversidad más fácilmente y estár alerta ante los ataques del enemigo.
Los seres humanos fuimos bendecidos con varios dones que nos ayudarán en nuestras labores en la tierra.
4. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
5. así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Romanos 12:4-5
En estos versiculos de Romanos, podemos ver como todos tenemos diferentes dones con los que podemos ayudar a otros y asimismo recibir también ayuda, y aunque a veces esa ayuda no es reciproca, Dios nos rodea de corazones bondadosos que son de bendición en nuestra vida.
Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
1 Corintios 12:14-27
Todos nosotros somos miembros de un solo cuerpo, que es Cristo.
Sabiendo siempre que cada uno de nosotros tenemos diferentes funciones para honrar el cuerpo de Cristo, pero ninguna menos importante que la otra.
Porque Él mejor que nadie conoce fuerzas y debilidades y solo unidos podemos tener la victoria de cada prueba que vivimos, porque unidos todos en un mismo sentir, podemos dar lo mejor de cada uno para el bienestar de los demás.
Dejando fuera de nuestro corazón todo espíritu de egoismo, dando testimonio del amor de Cristo que vive en nosotros mediante su Espíritu Santo.
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