1 Pedro 5:5-7
5.- Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque:Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
6.- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
7.- echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
5.- Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque:Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
6.- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
7.- echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
En este mundo la mayoría busca sobresalir, quizá algunos buscan estatus, aceptación, sentir que pertenecemos a un grupo o lugar. Incluso llegamos a humillarnos, a sentirnos sin valor alguno cuando no logramos esta satisfacción.
No olvidemos lo que realmente importa: AGRADAR A DIOS.
No olvidemos lo que realmente importa: AGRADAR A DIOS.
La humildad es la virtud que consiste en conocer las propias limitaciones y debilidades y actuar de acuerdo a tal conocimiento.
Reconocer que existe un sólo camino por el cual podemos acércarnos a nuestro Padre Celestial y es mediante nuestro Señor Jesucristo quien nos dio un perfecto ejemplo de un corazón obediente y lleno de humildad hacia Su Padre que está en los cielos:
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6
Reconocer que existe un sólo camino por el cual podemos acércarnos a nuestro Padre Celestial y es mediante nuestro Señor Jesucristo quien nos dio un perfecto ejemplo de un corazón obediente y lleno de humildad hacia Su Padre que está en los cielos:
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6
En la juventud sentimos que podemos lograr todo lo que queramos sin ayuda de nadie, o exigimos a nuestros padres cosas innecesarias usando el pretexto de que lo merecemos todo, llegamos a tener un corazón lleno de soberbia que nos aleja de Dios y por consiguiente es en esos momentos que nos alejamos de Él, cuando llegamos a cometer tantos errores, de los cuales tenemos que afrontar dificiles consecuencias que nos trae gran dolor y tristeza.
Sólo Dios, bajo el gran poder de Su Mano, en su infinito amor y bondad, puede sanar nuestro corazón por más herido que se encuentre.
Pero debemos ir a Él con un corazón humillado ante Su Presencia, llenos de arrepentimiento, reconociendo que sin Dios nada somos, que nada merecemos, que las bendiciones que tenemos las recibirnos de nuestro Padre Celestial por su gran amor y gracia.
Pero debemos ir a Él con un corazón humillado ante Su Presencia, llenos de arrepentimiento, reconociendo que sin Dios nada somos, que nada merecemos, que las bendiciones que tenemos las recibirnos de nuestro Padre Celestial por su gran amor y gracia.
Cuando pasamos por alguna prueba, nos llenamos de miedos, tristezas, desesperación, angustia, ansiedad, dolor y tristeza; recordemos que nunca estamos solos.
Busquémos refugio en Aquel que cimentó la tierra, que colocó cada estrella en su sitio y que no se mueve ni una hoja de un árbol si no es Su voluntad.
Sólo Dios puede traer paz a nuestro corazón angustiado o triste, Él es nuestro refugio en medio de la tempestad.
Vivamos siempre en humildad, busquémos agradar a Dios alejando de nuestro corazón la soberbia que nos separa de Él.
Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Mateo 23:12
Mateo 23:12
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