Colosenses 3:1-4
1. Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
4. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
En esta vida es muy fácil enfocarnos y perdernos con los afanes del mundo y es muy fácil dejarnos llevar y enfrascarnos en el trabajo o nuestras distintas actividades diarias. Sin embargo, debemos estar más interesados en las cosas de arriba, las cosas de Dios.
No que no busquemos disfrutar y tener logros en esta tierra, pero nuestros pensamientos y por consiguiente nuestras acciones deben ir más allá de lo que vivimos, debemos ver más allá de esta vida y así como Jesús cuando estuvo en este mundo nosotros también debemos estar trabajando en los negocios de nuestro Padre.
Lucas 2:49
Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
No significa que no nos va a interesar nada de lo que pase en esta tierra, no se trata de que no trabajemos ni que no cumplamos con nuestras actividades y responsabilidades del día a día, pero que todo lo que hagamos sea pensando en agradar a Dios y servirle sabiendo que nuestra vida aquí es temporal y nuestra ciudadanía está en los cielos:
Juan 17:16
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Debemos cada día que por misericordia de Dios nos permite vivir, buscar agradarle, servirle y dar buen testimonio con nuestros actos a los demás.
Debemos tener como prioridad buscar el reino de Dios, buscar agradarle, alabarlo y orar en todo momento:
Mateo 6:33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
No descuidando nuestras responsabilidades pero confiando y dejándonos guiar por Jesús y el Espíritu Santo de Dios que habita en nosotros para tomar cualquier decisión en nuestras vidas.
Busquemos cada día mejorar nuestra comunión con nuestro Papá Celestial, dándole prioridad a Él y no a las cosas de este mundo que son pasajeras.
Recordemos siempre que Dios nos ama sin medida y que siempre está a nuestro lado.
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