Mateo 18:19-20
18. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
19. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
La oración diaria tiene un gran poder, es la manera de tener comunicación con Dios, nuestro creador y Padre bueno que nos ama más que nadie.
Decirle todos nuestros temores, alegrías, sueños, tristezas, anhelos, sentimientos, soledad, dolor y sufrimiento.
Aunque para Dios nada es oculto, es maravilloso poder hablar con plena confianza con Él sabiendo que tanto nos ama.
Pero debemos hacer oración con un corazón humilde y lleno de fe.
Jesús nos dice que si dos o tres nos ponemos de acuerdo aquí en la Tierra para pedir algo, será hecho por Dios nuestro Señor.
Pero debemos pedirlo en Su nombre, en el nombre de Jesús.
Nos promete que al reunirnos en Su nombre, Él está en medio de nosotros. Su presencia y poder nos acompañan, nos guian y el Espíritu Santo intercede por nosotros.
Debemos orar confiando y recordando el gran amor que Dios nos tiene y que siempre quiere lo mejor para nosotros.
Oremos con fe, sabiendo que Dios nos escucha, pero debemos pedirlo conforme a Su voluntad, sabiendo que Él es perfecto y nos da conforme a lo que nos es para bien.
La oración es un privilegio, gracias al sacrificio de Jesús en la cruz, fuimos purificados por su bendita sangre y asi volver a poder tener una relación con Dios mediante Jesucristo.
Dios conoce nuestras peticiones y necesidades aún antes de orar, pero cuando lo hagamos también debemos ponernos a cuentas con Dios, pedir perdón por los pecados cometidos y agradecer por su incomparable misericordia que cada dia derrama en nuestras vidas.
Orar como Cristo nos enseño:
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Mateo 6:9-13
Dejemos a Jesús que tome el timón de nuestras vidas y entreguemos todos nuestros anhelos en oración a Dios, recordando que Él es nuestro Padre bueno y Todopoderoso y que nos ayudará en cada instante de nuestra vida.
No nos cansemos de orar, Dios nos sorprende de muchas formas:
Orad sin cesar.
1 Tesalonicenses 5:17
No hay comentarios.:
Publicar un comentario