El
Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca,
sino que todos procedan al arrepentimiento.
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche;
en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, !!cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
esperando
y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos,
encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se
fundirán!
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
Por
lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con
diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.
2a de Pedro 39-14
Hace ya mas de 2mil años nuestro Señor Jesús dejó este mundo después de haber hecho el mayor, mas santo y suficiente sacrificio por la humanidad. Ahora esperamos su regreso; este es un tiempo de gracia, una oportunidad que Dios en su misericordia da a los seres humanos, la oportunidad de tener una relación personal con Él y recibir su salvación.
Este tiempo es una muestra de la misericordia de Dios para con la humanidad, el tiempo que falte aún para el regreso de Jesús no es que Dios retrase sus promesas sino mas bien es un tiempo de gracia para con las personas.
Muchas personas dudan de que nuestro Señor regrese; esto no es algo nuevo, Pedro también lo mencionó en su momento y seguramente seguirá pasando; sin embargo, el hecho de que Jesús regresará es una garantía, Ahora es una oportunidad para las personas de recibir su gracia, su amor y su perdón, y en este tiempo los hijos de Dios tenemos la responabilidad de compartir su Palabra, llevando las buenas nuevas de salvación entre las personas, Haciendo discípulos, lo cual fue la tarea que nos dejó nuestro Señor Jesús antes de partir. También es un momento de prepararnos para su regreso de modo que Él nos encuentre obedeciendo y viviendo en santidad y es un momento en que debemos multiplicar los dones que nos han sido entregados y participar en la obra que Dios nos ha puesto y llevar mucho fruto en Él.
No sabemos cuando volverá nuestro Señor, pero debemos estar preparados para no ser avergonzados cuando Él regrese, debemos aprovechar bien este tiempo de gracia que Dios da a la humanidad y servirle, obedecerle, vivir guiados por el Espíritu Santo, compartiendo su Palabra y haciendo discípulos, dando fruto, honrando y amando a nuestro Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario