lunes, 6 de junio de 2016

"FE Y OBEDIENCIA A DIOS"

Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.
Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.
Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
Génesis 22:1-14

En este pasaje de la palabra de Dios, es tan difícil poder ponerse totalmente en el lugar de Abraham, que tenía una inquebrantable fe, pero a pesar de ello, también el gran dolor que en esos momentos oprimia su corazón, porque antes que el amor a su único hijo, por quien oro por años, estaba el amor, temor y sobre todo la obediencia a Dios, de quien había recibido la gran promesa: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
Génesis 17:4-7

Abraham tenía la promesa de que Dios le había dicho que multiplicaria su descendencia,
Y aún así, quizá cientos de preguntas le venían a su mente, ¿cómo se multiplicará mi descendencia, si me ha pedido como sacrificio a mi único hijo? Yo soy muy viejo para tener otro hijo, entonces, ¿cómo se cumplirá la promesa que Dios me hizo de ser padre de Naciones?, peor aún, ¿cómo tendré la fortaleza de atentar contra el ser que más amo, mi hijo?
Quizá estas y más preguntas turbaban y entristecian el corazón de Abraham y llenaba de tristeza su alma mientras subía ese monte al lado de Isaac.
Pero en medio de tantas emociones, incertidumbre, tristeza, dolor y temor de perder a Isaac, Abraham jamás dejó de creer, su fe prevaleció hasta el último instante, incluso cuando Isaac le pregunto: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. Génesis 22:11

Abraham confió en el amor y misericordia de JEHOVÁ, cuando dijo Dios proveerá, confió, tuvo fe, la certeza de que así sería a pesar de todas las oscuras circunstancias y sacrificios que esto significaba, jamás dudó en obedecer a Dios sobre todas las cosas.
La misma obediencia y fe que debieron caracterizar el Espíritu de Isaac, porque la palabra dice que era ya un muchacho, podía darse cuenta perfectamente de lo que pasaba y a pesar de la fe y de que obedecer a Dios y a su padre era lo correcto, también un gran miedo lo invadía, pero jamás se reveló ni opuso resistencia, tenía el gran ejemplo de su padre Abraham, de la obediencia y fe a nuestro Padre Celestial, sin importar las circunstancias y la prueba que les había puesto en ese momento Dios, es tan difícil incluso de imaginar.

A veces nosotros nos enfrentamos a pruebas mucho menos complicadas, pero dudamos, cuestionamos y reclamamos a Dios como si Él tuviera obligación de darnos cuenta de sus decisiones, olvidamos que Él es quien fundó el mundo, pero sobre todo de que Dios nos ama infinitamente y sólo nos pide fe y obediencia, porque simplemente por ese gran amor que nos tiene nos ayuda a enfrentar nuestra lucha diaria con la certeza de que Él está estará siempre con nosotros.
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Mateo 28:20

2 comentarios:

  1. Una reflexión muy acertada de acuerdo al texto de Génesis te felicito Lupita Bendiciones

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  2. Una reflexión muy acertada de acuerdo al texto de Génesis te felicito Lupita Bendiciones

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