Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
Mateo 18:19
Mateo 18:19
Jesús aquí nos promete que si dos de nosotros nos ponemos de acuerdo para pedirle una cosa a nuestro Padre Celestial, Él nos la dará, porque la oración, hecha con el corazón, es eficaz y respondida por Él.
Pero muchas veces pedimos con exigencia, sin humildad y sin reconocer que Dios es Todopoderoso, lleno de misericordia y bondad.
Como nos dice Santiago,
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Santiago 4:2-3Pedimos mal, sin tener como propósito principal buscar obedecer la voluntad de Dios, sino nuestra propio beneficio, que muchas veces es contradictorio. En nuestra desesperación hacemos una oración apresurada y vacía, sin poner en ella el alma, mente y corazón.
Pero nuestro Señor Jesucristo, dejó al consolador, al Espíritu Santo, que nos da la sabiduría para pedir conforme a lo que nos hace bien y en todo momento ora por nosotros.
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Romanos 8:26
Como nos dice Santiago,
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Santiago 4:2-3Pedimos mal, sin tener como propósito principal buscar obedecer la voluntad de Dios, sino nuestra propio beneficio, que muchas veces es contradictorio. En nuestra desesperación hacemos una oración apresurada y vacía, sin poner en ella el alma, mente y corazón.
Pero nuestro Señor Jesucristo, dejó al consolador, al Espíritu Santo, que nos da la sabiduría para pedir conforme a lo que nos hace bien y en todo momento ora por nosotros.
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Romanos 8:26
No hay comentarios.:
Publicar un comentario