1.No juzguéis, para que no seáis juzgados.
2.Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
3.¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
4.¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5.¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Mateo 7:1-5
2.Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
3.¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
4.¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5.¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Mateo 7:1-5
Con los avances tecnológicos ahora la comunicación es rápida e instantánea, es útil en una urgencia o necesidad, pero lamentablemente muchas veces hacemos mal uso de estos avances.
Nos dedicamos a criticar y restregar a nuestro prójimo los mismos errores que nosotros cometemos, sin tratar de corregir los nuestros o al menos reconocerlos.
Jesús nos habla de manera fuerte al decirnos ¡HIPOCRITAS!, al pedirnos que primero veamos nuestros errores antes de juzgar al prójimo, pero ni aún así tenemos ese derecho, Él único con el derecho a juzgarnos es nuestro Señor y nos recuerda que de la misma manera que juzguemos seremos juzgados.
Porque Dios y sólo Él tiene la santidad para juzgar:
El juzgará al mundo con justicia,Y a los pueblos con rectitud.
Salmos 9:8
Nos dedicamos a criticar y restregar a nuestro prójimo los mismos errores que nosotros cometemos, sin tratar de corregir los nuestros o al menos reconocerlos.
Jesús nos habla de manera fuerte al decirnos ¡HIPOCRITAS!, al pedirnos que primero veamos nuestros errores antes de juzgar al prójimo, pero ni aún así tenemos ese derecho, Él único con el derecho a juzgarnos es nuestro Señor y nos recuerda que de la misma manera que juzguemos seremos juzgados.
Porque Dios y sólo Él tiene la santidad para juzgar:
El juzgará al mundo con justicia,Y a los pueblos con rectitud.
Salmos 9:8
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