Santiago 2:1-13
Hoy en día, hay muchos tipos de discriminación de personas: por su aspecto físico, color de piel, nivel social o de educación, distintas culturas, formas de vestir y de hablar, incluso por el lugar donde nacimos somos criticados.
Muchas veces sufrimos o queda nuestro personalidad y carácter marcado por críticas que nos hacen tanto daño y heridas que sólo el amor de Cristo puede sanar.
El Apóstol Santiago nos exhorta a mostrar el amor verdadero, ese amor que sólo puede venir de Dios, demostrarlo con hechos, respetando todas aquellas diferencias que nos hacen especiales, ayudando a medida de nuestras posibilidades a quien más lo necesite.
Debemos recordar que Dios dijo Amarás a tu prójimo como a ti mismo, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, que al morir y dar su vida por nosotros no hizo excepción de personas, sino que murió por toda la humanidad, por buenos y malos.
Así debemos cumplir su principal mandamiento:
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Gálatas 5:14
Amar a todos, no escogiendo a aquellos que nos aman, porque Jesús mismo dijo ¿qué mérito hallareis en eso? Sino que también debemos disponer nuestro corazón para perdonar a aquellos que nos hicieron daño, si esto nos es difícil, orar sin cesár, pidiendo en oración que Dios a través del Espíritu Santo, nos ayude a sanar esas heridas y mostrar con hechos ese amor que Dios nos muestra cada día y la mejor manera de hacerlo es amando a los demás, ayudando a quien tenga necesidad, no haciendo ningún tipo de diferencia, recordando siempre que Dios nos ama por igual.
De igual modo debemos hacer al respetar la ley, no podemos escoger entre que mandamientos seguir y cuáles no, porque si cumplimos uno y fallamos en otro, desobedecemos por completo la ley.
Amemos a los demás así como Dios nos ama teniendo misericordia de quien nos necesite o nos ha hecho daño como Dios la tiene de nosotros cada día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario