Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Filipenses 2:1-11
Filipenses 2:1-11
Jesús siendo Dios, con su Majestad y perfección, no se aferró a eso, sino que se hizo humilde despojándose a si mismo y en condición humana, se hizo siervo obediente hasta la muerte por amor a nosotros.
Sin embargo Dios lo exaltó por amor a su nombre y para su gloria y honra.
Para que mediante Su vida y enseñanza que dejó como un ejemplo de humildad e inmenso amor hacia nuestros semejantes, siguiendo sus pasos, que aún siendo Rey no se hizo ni se sintió mayor a nadie, dejando testimonio vivo de amor, paz y humildad.
Y en el nombre de Jesús toda lengua confiese que Jesús es el Señor:
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Romanos 10:9-10
Sin embargo Dios lo exaltó por amor a su nombre y para su gloria y honra.
Para que mediante Su vida y enseñanza que dejó como un ejemplo de humildad e inmenso amor hacia nuestros semejantes, siguiendo sus pasos, que aún siendo Rey no se hizo ni se sintió mayor a nadie, dejando testimonio vivo de amor, paz y humildad.
Y en el nombre de Jesús toda lengua confiese que Jesús es el Señor:
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Romanos 10:9-10
Así como Jesús siguió una vida de obediencia, amor, humildad y armonía con los demás, debemos seguir sus pasos, despojandonos de nosotros mismos, no sintiéndonos en ningún sentido superior a nadie, así como Jesús siendo Dios, se humilló y se hizo hombre para salvación nuestra y para la gloria y honra del Dios Todopoderoso que nos creo, siendo al final exaltado su nombre que es sobre todo nombre.
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