martes, 12 de julio de 2016

"LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE"

Como seres humanos imperfectos,con debilidades que conocemos y que nos hacen caer en la tentación y cometer pecado.
Dios es perfecto, Santo y soberano, Él no tolera el pecado y por lo tanto no puede ser tentado por el mal ni tentar a nadie:
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Santiago 1:13-15

El pecado trae consecuencias que nos apartan del camino de Dios, pero todo empieza con nuestros deseos que no son agradables a Dios, deseos que traemos a nuestro pensamiento y caemos en la tentación de cometer  ese pecado que nos aleja de Dios, que nos acarrea sufrimiento y consecuencias que desvían nuestro del camino y propósito para el que Dios con tanto amor nos creo.
Dios no nos tienta, son nuestros pensamientos y deseos que después de consumarlos dan a luz pecado que trae consigo muerte.

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
Génesis 3:1-24
En Génesis 3 encontramos el primer pecado cometido por la humanidad, la desobediencia.
Donde Adán y Eva fueron tentados para comer del árbol prohibido por Dios, que les dio conocimiento del bien y el mal.
Tal pecado, la desobediencia, trajo fuertes consecuencias tanto para Adán y Eva como para las generaciones venideras.
Somos tentados por nuestra concupiscencia (En la teología cristiana, se llama concupiscencia a sentir deseos (o exceso de deseos) no gratos a Dios. De acuerdo con su etimología deconcupiscentĭa, de cupere, (del latín desear, reforzado con el prefijo con) a la propensión natural de los seres humanos a obrar el mal, como consecuencia del pecado original.)
Por lo cual nos lleva a ser tentados, cometer pecado y una vez ya consumado este nos acarrea muerte y separación de la presencia de Dios.

Busquemos en oración fortalecer nuestro al Espíritu Santo que habita en nuestros corazones, tener dominio propio y enfocarnos en el gran amor y misericordia que Dios nos muestra cada día.

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